sábado, 10 de mayo de 2008

Búsqueda de departamentos

En mi semana de amo de casa, estuve yendo a ver departamentos en alquiler. Hay un par de hechos salientes acerca del mercado inmobiliario suizo, a saber:

Abundan las construcciones tipo monoblock. A primer vistazo, uno ve el edificio desde afuera y escucha la marcha peronista, pero por lo general, adentro están muy bien. También, a diferencia de (por ejemplo) Roma, los departamentos no suelen ser llamativamente chicos; como hace notar nuestra amiga argentina Lucila (quien casualmente vive en Lausanne), no hay mucha diferencia de precio por diferencia en superficie, sino que el precio se rige mayormente por la ubicación del inmueble.

Convenciones. La mayoría de los departamentos que fui a ver tenían cocina abierta al living, cosa que no nos agrada mucho. Además, con excepción de uno solo, ningún departamento tenía horno (se espera que el inquilino traiga la propia, eléctrica o a veces a gas). Otra cosa muy frustrante: ninguno de los departamentos que vi tenía placard en los dormitorios. Sólo dos tenían placard en el pasillo a la salida del dormitorio, mientras que todos los demás lo tenían -¿dónde más?- ¡en el living! Una observación final acerca de los baños: todos los departamentos que vi tenían en un ambiente la bañera o ducha, y en otro ambiente el inodoro.

Regímenes. Hay (que yo sepa) dos regímenes de alquiler: libre y "HLM", que por sus siglas en francés significa "vivienda de alquiler moderado". Uno encuentra muchos anuncios HLM, generalmente los más grandes y baratos, pero resulta que para acceder a estos departamentos, uno tiene que demostrar que el grupo familiar (que por lo general debe ser de al menos tres personas) tiene ingresos conjuntos menores a un límite superior establecido. Estos límites suelen ser muy bajos.

La demanda es muy alta y la oferta muy escasa. Cuando se publica una visita, generalmente queda en manos del encargado o la encargada del edificio, dura con suerte una hora, y con excesiva suerte, dos. Las inmobiliarias (a todas luces, dueñas de los edificios) ni participan, y ni se preocupan en responderte los mails o tener horarios de atención abarcativos.

La selección es sumaria y la adjudicación, arbitraria. Durante la visita al departamento, el/la encargado/a reparte formularios de solicitud de alquiler, que la gente (quienes visitan en manadas) completan tras sólo 10 minutos de ver lo que ojalá sea su próxima morada. Nos cuentan que, después, las inmobiliarias revisarán los formularios, se entrevistarán con algunos, y adjudicarán el departamento sin criterio aparente. El dato que sí nos dieron es que es improbable que le adjudiquen un departamento de 100 m2 y cinco ambientes a una pareja sin hijos, sin importar que paguen lo mismo que una familia de ocho.

El lunes 12 de mayo se celebra Pentecostés, por lo cual es feriado en casi toda Suiza. El martes 13 es mi primer día de trabajo, por lo cual mi tiempo para buscar departamentos se acabó. Por ello decidimos infiltrar operativos encubiertos en el mercado inmobiliario para continuar con la búsqueda: el martes a la noche llega mi madre desde Roma, y su misión (decida o no aceptarla) será ubicarnos alojamiento a largo plazo.

Mañana domingo saldremos de Ginebra para conocer algunas ciudades a orillas del Léman, así que estén atentos al próximo capítulo de esta historia.

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